Anomalía
Esto que les voy a contar sucedió hace ya algunos años, dormía en un nicho del cementerio Avellaneda, en donde trabajaba, la noche anterior había salido de juerga y mi cuerpo estaba rendido, era un día lluvioso y nadie se acercaba a visitar a sus difuntos. Descansaba en uno alejado de la vista de cualquiera, ubicado en la última fila de arriba y por las dudas había empujado un poco la escalera rodante hacia un lado, vaya a ser que asustara a alguien. Una tormenta tomaba la ciudad, con truenos, relámpagos y ese olor a lluvia tan característico, el sonido del agua golpeando el chaperío de los ranchitos que rodeaban la necrópolis, la concebían perfecta; sin embargo, en esa ocasión no la disfrutaba, estaba consumido en un sueño. En lo profundo del mismo, empecé a oír una voz a lo lejos, tardé en reaccionar y en estado de ultratumba por la borrachera nocturna, me levanté y olvidé donde estaba, zas… me di un cabezazo con el techo del cubículo. Pasé un rato conmocionado mientras